domingo, 26 de junio de 2011

Frida Kaplan: entrevista completa

Nidos en Red: ¿Que recuerdos aparecen de cuando vos eras chica en relación al juego?


Frida Kaplan: Yo pertenezco a la primera generación de Argentinos, osea que mis padres, mis abuelos, fueron todos inmigrantes. En esos años de mi infancia existía el idioma que ellos hablaban; el idish. Había una audición radial diaria que era la Idishe Shu donde se pasaban canciones en Idish. A mi me encantaba tomar la escoba como un micrófono, ponerme los vestidos y los zapatos de mi mamá y cantar y bailar. Era mi entretenimiento favorito.


NR: ¿Qué sensaciones te vienen al cuerpo cuando te acordás de ese momento en el no tiempo?


FK: Era un bienestar y una alegría


NR: ¿Que otra actividad o situación a lo largo de la vida la has podido vincular con esas sensaciones?


FK: También recuerdo que en mi infancia decía “como me gustaría ayudar para que la gente no sufra” aunque ese no era un juego sino un deseo. Y ahora de grande me encuentro cumpliendo y materializando el deseo de esa nena.

El contacto con ella a través del tiempo tiene que ver con un transitar la vida, como cada uno puede vivir su vida;  siguiendo los mandatos o en determinado momento tomar conciencia que existe un mandato y un deseo propio. Pero el deseo propio no irrumpe fácil, hay que trabajar con uno para erradicar los mandatos. Y lo fantástico del vivir es que esa tarea no se termina nunca. No es tengo tantos años y basta, ya hice. Yo sigo trabajando conmigo, sigo buscando, encontrando. Sigo buscando para encontrar que es lo mío.

Está el mandato y lo propio, entonces poder discernir entre ambos.


NR: Siempre me inquietan los profesionales que se dedican a trabajar desde la parte más humana, en especial psicólogos, terapeutas, médicos, etc, etc. Y observo la diferencia entre estudiar una carrera a encontrarse frente a un otro, persona con historia, singularidad. ¿Qué te pasó cuando en tu trabajo apareció “el otro”?


FK: En el momento de la búsqueda, uno no sabe lo que va a encontrar, y cuando aparece tampoco sabés ¡ah esto es lo que yo estaba buscando! La vida es un siendo. Pero de pronto si podés detenerte a observar y decir ¡que maravilloso!


¿Cómo encontré a la Eutonía? O la Eutonía me encontró a mi… ¿Cómo nos encontramos? Porque hay una anécdota de cómo llegué a la Eutonía, pero más allá de esta anécdota, el encuentro que se produjo. Yo no tengo duda que era lo que estaba necesitando como persona; una disciplina que trabaje la piel que contiene. Trabajar la auto- contención desde la piel. Y los huesos que sostienen. Poder trabajar el auto- sostén desde los huesos. Poder trabajarlo conmigo, transmitirlo y enseñarlo.


Esta es una actividad y aprendizaje que todos pueden realizar. Está tan instalada la mirada externa, el conocimiento que tiene un otro y darle poder a ese conocimiento. Cuando hablo del conocimiento me refiero a que es lo que a mi me puede hacer bien. Se busca desesperadamente en otro, que me de la solución al malestar psicofísico que yo puedo estar teniendo.

Esto no es una apología a la omnipotencia, porque si, necesitamos de un otro. Necesitamos el contacto. Pero que este contacto no signifique “yo no puedo” y que “el si puedo” que se puede obtener desde la piel, los huesos, el contacto con el espacio interno, no sea un acto de omnipotencia. Es una sutil diferencia.


Soy una ferviente admiradora del psicoanálisis, lo transité desde muy joven y continúa hasta el día de hoy. El encuentro con esta disciplina me permitió volver a transitar el duelo que fue lo más dramático que me sucedió, la muerte de mi hijo. Y encontrarme con una actividad. Me resulta difícil encontrar una palabra, no es una actividad reparadora en el sentido que le voy  devolver la vida a mi hijo, pero si sentir lo importante y vitalmente importante que es el contacto en la vida intrauterina.


La eutonía tiene la posibilidad de atravesarte. Y esto de dejarte atravesar por una disciplina no sucede naturalmente, cuando pasa es maravilloso.


Los trabajos eutonicos se realizan con la presencia de cualidades de la conciencia: la atención, la precisión, la intención y la dirección y cuando el ejercicio de esas cualidades se instala en uno uno lo aplica en el diario vivir. Entonces el vivir deja de ser un vivir mecánico porque está sostenido por estas cualidades.

NR: ¿Cuál es, según tu punto de vista, una buena manera de llegar hoy en día al encuentro con el hijo?

FK: Para mi la mejor manera es la manera posible de cada uno. La información es importante, pero también la  posibilidad personal es importante. Si esa información no puede ser vivida, empieza a jugar en contra. Es delicado el tema, porque quien me escucha puede decir que estoy en contra, pero no. Entiendo que es importante el cuidado de cómo transmitir la información. Poder transmitirla de tal manera que el poder elegir esté presente. Y dentro del poder elegir se tenga en cuenta cuales son sus posibilidades. Porque si esa pareja decide tener a su hijo en casa, con este profesional, pero resulta que no dispone de los medios económicos para materalizar ese deseo la frustración se instala y lo posible no es bien vivido.
Además es hasta donde yo puedo. Es un tema muy delicado. Yo apoyo esto, pero no es esto solo sino poder facilitar a las mujeres que recobren el poder, el poder de ser humano, de persona que está organizada para la maternidad. Y ese poder se perdió.

NR ¿Porque se habrá perdido?

FK: Se fue perdiendo por muchos motivos, porque Michel Odent habla del cerebro primitivo, pero resulta que este quedó anulado y el neocortex es quien está muy presente en la vida. Además todo potencia el neocortex, desde la información permanente, internet, y desde este lugar que ahora tiene la mujer en el mundo. Y no es que la mujer tiene que volver al pasado. Es lo que está sucediendo.
A mi me apasiona la actividad con las embarazadas por este aprendizaje a poder sentirse, poder habitarse, y sin soplarle al oído lo que tiene o lo que puede. Una mujer que se habita, se siente, modifica su tono psicofísico. Cuando eso sucede el si puedo se instala. No es mágico, es un aprendizaje y tiene que estar presente el deseo de querer transitar este aprendizaje.
Siempre digo a las parejas que vienen, que transitar este aprendizaje no les asegura no tener una cesárea. Si el aprendizaje es para evitarla es mejor no hacerlo, porque son muchos los imponderables que llevan a que un nacimiento sea por cesárea. Y para mitigar el dolor y la culpa que a muchas mujeres (digo a muchas porque hay otras mujeres que quieren una cesárea y es lo que pueden) esto de no juzgar, aceptar, no criticarse. Porque esa mujer  bastante tiene con ese dolor de no haber podido que todavía se la señale con un dedo acusador. Esto es no más que un paneo comprensivo de estas situaciones.

NR: Escucharte me lleva a la sensación de que para llegar a cualquier lugar hay que transitar un proceso

FK: En la vida permanentemente estamos aprendiendo, quien quiera vivir asi, porque sino se repite, en cambio para vivir aprendiendo se sale de una crisis con un aprendizaje y al día siguiente se entra en otra para aprender otras cosas. Asi entiendo yo la vida. Cuando uno toma conciencia de esto y el vivir se convierte en una tarea fascinante, muy completamente alejada del concepto de “yo no quiero sufrir” “yo quiero ser feliz”.
Para atravesar las crisis es imprescindible transitar por un sufrimiento que es a la vez un aprendizaje. Porque hay sufrimientos que son estériles y tienen que ver cuando uno se queda repitiendo situaciones relacionadas con programaciones recibidas. Cuando uno está en contacto con uno mucho emerge. Está el contacto y esta también la voluntad para que hacer con lo que emerge; ¿levanto la alfombra y guardo la tierra debajo para que nadie lo vea? ¿que hago con eso que encontré? En mi ultimo libro, En el poder de renacer, hablo esto de los duelos. Y que para seguir adelante uno siempre tiene que transitar duelos.

NR: Duelos que no se refieren a la pérdida de una persona

FK: El duelo no solamente es la muerte física o el alejamiento físico de otro. Siempre hay un duelo a algo, es inevitable.

NR: La idea de Referentes en la Red, y no la Red de internet sino de la vida, nace de cuando participé en constelaciones. Uno de los rituales que se hacen antes empezar es encender tres velas: una por los ancestros, otra por el presente y por el futuro. En relación al pasado, siento que hoy se ha perdido casi por completo esa mirada que valora. Nosotros como jóvenes tenemos que poder darnos vueltas y apoyarnos en el camino que ya vienen haciendo aquellos que suman con su vida, aportan. Hay una necesidad de encender esa vela que quiere decir iluminar a los que hicieron caminos. Ellos representan una conciencia que evolucionó hasta este momento y que tenemos la responsabilidad de seguir haciéndola evolucionar en función de lo que va viniendo nuevo.

FK : Todo es distinto, en esto de los cambios yo siempre valoro y me ajusto. Porque los cambios de ahora permiten la presencia de un hombre que en la otra generación no había. Esto de un hombre está presente, es la gran diferencia, y para que el hombre esté presente, la mujer tuvo que permitir esto.

NR: Cuando a vos llega la palabra Nidos, ¿que sensaciones aparecen?

FK: Aparece un recuerdo… cuando mi hija mayor se fue a vivir a Francia..un dolor.  En ese momento yo vivía en un lugar donde en el dormitorio, en la ventana, había un cantero con flores. Simultáneamente a la partida de ella, un día apareció un nido allí y dos pajaritos con huevitos. Yo estaba tan impactada que sucede algo en la vida que es mágico, uno no lo puede explicar desde la razón. Y me dediqué a observar el comportamiento de esos pájaros con los huevitos. Nacieron los pajaritos, y como ellos los alimentaban. Un buen día un pajarito voló, y otro día otro, y otro, y después se fueron todos. Y el Nido quedó vacío.

Es como si en la vida hubiese momentos; de construir un nido, momentos de anidar, de cuidar lo anidado, y momentos de dejar crecer y que el nido quede vacio.

NR: Y ocupar otros nidos

FK:  Y ocuparse del Nido propio.

NR: Muchas gracias Frida!

Mandala Nido de Frida

Casa, mi casa. Cuidar la casa del otro. Cuidar al otro. Cuidarme, según el momento de la vida. He sido cuidada en un nido. He cuidado el nido para que los hijos puedan crecer y ahora cuido mi nido para continuar viviendo.
 
 
 Frida Kaplan
www.fridakaplan-eutonia.com

Para volver a la página principal de Nidos en Red:
http://nidos-enred.blogspot.com/

viernes, 3 de junio de 2011

Patricia Fuster

NR:Cuando aparece la palabra Nido, que ideas y sensaciones te vienen al cuerpo? 


PF: La palabra Nido para mi simboliza la sensación de “aquí estoy a salvo”, a salvo de los miedos, del peligro, de la incertidumbre.
Es tierra, es casa.
Desde este lugar me parece importante pensar el propio cuerpo, como el propio Nido. El espacio que resguarda, protege. La casa de mi alma.
Y desde este modo de pensarlo, mirarlo, sentirlo, se diluyen las trampas en las que a veces aprisionamos nuestro cuerpo; el peso, la talla, la altura, la edad cronológica.
Este Nido, con sus posibilidades y limitaciones, permite mi expresión en todas sus formas imaginadas y posibles, permite la expresión de mi SER esencial… de mi ESENCIA.
Es vehículo, conductor y guía, es el coche y el cochero, es mi don preciado, es mi escencia materializada, es mi posibilidad de expresar mi visión y de realizar mi misión en este mundo
Pensar mi propio cuerpo como un Nido me permite ver también a otros como otros cuerpos Nidos y, desde esta mirada posible, renuevo mi auto respeto y el respeto de y por los otros.
Tal vez llegará un día, que todos nos veamos a nosotros y a los otros como Nidos, y podamos anidar, caminar y volar desde el nuestro al de los otros con la levedad del Alma y la certeza en la LUZ.
Lic. Patricia Fuster
Psicóloga clínica. Especialista en crianza.
1560481193

Para volver a la página anterior hacer click en http://nidos-enred.blogspot.com/p/referencias.html 

Mandala Nido de Patricia